Trabajando para crear e innovar equipos médicos.. Hechos en Venezuela
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lunes, 29 de febrero de 2016
Investigadores españoles encuentran nuevas claves para la curación del VIH
miércoles, 24 de febrero de 2016
Desarrollan nuevas terapias para las alergias alimentarias
Combatir la anemia aplásica con una terapia diseñada para retrasar el envejecimiento
![Imágenes representativas de médula ósea con anemia aplásica (izquierda) y médula ósea curada tras el tratamiento con terapia génica con telomerasa (derecha). (Foto: CNIO) [Img #34146]](http://noticiasdelaciencia.com/upload/img/periodico/img_34146.jpg)
lunes, 22 de febrero de 2016
Zika: El mismo enemigo con nuevas armas
El Zika es un arbovirus, o sea que se transmite por artrópodos, en este caso mosquitos. Estos insectos son hematófagos, es decir que necesitan la fuente de sangre para producir huevos, por eso sólo las hembras pican. “El vector de este virus en nuestra región es el Aedes, que es muy conocido porque también transmite dengue y chikungunya”, explica Luis Adrián Díaz, investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biologicas y Tecnologicas (IIByT, CONICET-UNC) y Profesor Adjunto en el Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella” de la Universidad Nacional de Córdoba, en argentina. En la actualidad es reconocido como una amenaza a nivel mundial, ¿por qué?
Según relata el investigador, el virus Zika se aisló por primera vez en monos, a fines de la década del ´40 en la selva que lleva el mismo nombre-en África- pero no se lo asoció a enfermedades. Años después se lo reconoció como agente patógeno pero se lo relacionaba a cuadros febriles sin gravedad. Recién en 2006 cobró importancia sanitaria debido a una epidemia en las Islas Yap, Micronesia, en el océano Pacífico.
La notoriedad del virus siguió creciendo hacia 2013 con un fuerte brote en la Polinesia Francesa que afectó a 20 mil personas. Además, este episodio coincidió con un aumento de casos de Síndrome de Guillain-Barré que es una enfermedad autoinmune que puede desencadenarse por varios factores, uno de ellos una infección viral, y tiene repercusiones en el funcionamiento normal a nivel neurológico –debilidad muscular o parálisis-. También se observó un aumento en los casos de microcefalia que consiste en un trastorno degenerativo en el desarrollo del feto, que implica una calcificación, poco crecimiento del cerebro y del cráneo y suele ser incompatible con la vida. En 2014, Zika llega a otras islas del Pacífico, hasta la Isla de Pascua.
Según explica el investigador, “a comienzos de 2015 se confirmaron los primeros casos en Brasil, comenzando en Natal y luego Pernambuco, Recife y Bahía, para expandirse finalmente en casi todo el país. Para octubre de ese año comenzó a llamar la atención el crecimiento de los casos de microcefalia: En Pernambuco el aumento fue de 77 veces y en Paraiba de 57, por citar sólo los casos más notorios. En la actualidad se ha detectado la circulación activa y autóctona en más de 10 países de América central y del Sur”.
Por otra parte, destaca que el problema es que, por ejemplo en el estado de Bahía circulan Zika, chikungunya y dengue. Los tres son transmitidos por el mismo mosquito y no se sabe las consecuencias que puede haber en la interacción de los virus y las respuestas inmunológicas en el humano, con infecciones previas o múltiples, además de complicar la comprensión de los resultados de laboratorio para confirmar el diagnóstico. “Esta situación podría replicarse en nuestro país”, agrega el investigador.
La mayoría de los arbovirus tienen su origen en zonas silvestres donde son mantenidos por diversos tipos de vertebrados y artrópodos. “Como dijimos, para Zika el vector son diferentes especies de Aedes y se cree, aunque su estudio es muy reciente, que los hospedadores en las zonas selváticas serían los monos. Cuando el virus salió de su nicho natural ingresó a un ecosistema urbano, donde tuvo que adaptarse a una nueva conformación de sus requisitos biológicos (vector-hospedador) y el círculo de transmisión y mantenimiento es el Aedes como vector y el humano como hospedador”, describe Díaz. Se piensa que la dispersión desde África hasta Ámérica, pasando por las islas del Pacífico, tiene que ver con el movimiento de personas -por turismo o migraciones- y en la presencia del Aedes (aegypti y albopictus) que está muy extendida en todo el mundo.
El virus se está dispersando a través de los movimientos humanos, principalmente por vía aérea, lo que permite desplazamientos largos en cortos períodos de tiempo. Considerando los datos de intercambio aéreo de Brasil con demás países, las probabilidades indican que Estados Unidos y Argentina son los principales destinos a recibir casos importados de este virus.
Las dos especies de Aedes con importancia epidemiológica que existen en Argentina son el aegypti y el albopictus. Ambos son muy similares en su apariencia y en sus hábitos y pueden transmitir dengue, chikungunya y Zika. Es por esto que conocerlos y combatirlos adquiere cada vez mayor relevancia.
El Aedes albopictus, hasta el presente, sólo se ha identificado en el noreste del país -provincia de Misiones-, se desarrolla en ambientes rurales y está comenzando a insertarse en las ciudades como parte de su proceso de urbanización, como lo ha hecho Aedes aegypti años atrás. “Este mosquito podría funcionar como vector puente y su importancia a nivel epidemiológico tiene que ver con que favorece la salida del virus de su nicho natural e inroducción a los ambientes urbanos; es el link biológico que necesita un arbovirus para expandirse. De igual manera puede utilizar al humano como fuente de dispersión viral u hospedador puente”, define el científico.
Por su parte, el Aedes aegypti es el más abundante en Argentina y es urbano; normalmente habita en lugares urbanizados, donde hay humanos. En América pueden encontrarse desde el sur de Estados Unidos hasta Neuquén. En general prefiere criaderos artificiales, pequeños, de aguas claras y sin luz. “Son mosquitos de inundación: los huevos son depositados sobre las paredes de los recipientes, al ras del agua, de forma individual y lucen como pequeños puntos negros. Cuando toman contacto con el agua, se hidratan y comienzan a desarrollarse el embrión que dará lugar a las larvas que completan el ciclo en el medio líquido”, describe Díaz.
Uno de los mayores problemas para la erradicación de este mosquito es que no basta con matar a las larvas y los adultos. Los huevos son muy resistentes a la sequía y a las bajas temperaturas, por lo que puede subsistir de una temporada a la siguiente y no mueren con insecticidas regulares. “Para eliminar los huevos hay que refregar los bordes de los recipientes, no alcanza con tirar el agua. Si hay un florero, con huevos que no han sido alcanzados por el agua todavía, se vacía, y se llena con agua limpia, se generan las condiciones óptimas para la cría del mosquito” explica el científico. Además, agrega que “con el aumento de la urbanización y el crecimiento demográfico que no está acompañado por infraestructura, se dan situaciones que favorecen la reproducción del Aedes, por ejemplo los tachos para proveer a las viviendas que no tienen red de agua corriente. Sin embargo los sitios de cría son múltiples; puede ser desde un tanque de agua con la tapa rota hasta una tapita de gaseosa boca arriba. Cualquier objeto que pueda juntar agua, por mínimo que sea es un potencial criadero de Aedes”.
Aunque no hay resultados concluyentes existen indicios de una asociación entre infección por Zika y microcefalia. “Las evidencias son: coincidencia espacio- temporal del virus y aumento de microcefalia; presencia de Zika detectada en la autopsia a niños recién nacidos que murieron por microcefalia y numerosos casos de mujeres infectadas con el virus que dieron a luz niños con dicha malformación. Faltaría además hacer un estudio cuantitativo para saber si existe y qué tan fuerte es esa asociación que a priori puede observarse”, asegura Díaz.
La solución, según el investigador, no estaría en el desarrollo de vacunas, si bien se está trabajando en ello. “El problema es que los mosquitos Aedes está en casi todo el mundo y son capaces de transmitir en laboratorio 22 arbovirus diferentes, entre ellos los de la fiebre amarilla, dengue, chikungunya y zika. Como sociedad no podemos esperar una vacuna para cada uno, eso sería abusar de una tecnología y nadie sabe las consecuencias inmunológicas de semejante abuso. Además los virus se van adaptando a las nuevas condiciones y generar resistencia. La respuesta más adecuada, económica y saludable es evitar la cría del Aedes: controlando una especie de mosquito eliminamos el riesgo de transmisión de las infecciones virales asociadas a este vector. Y ese control no sólo depende de los ciudadanos sino que también debe haber planes estatales. Los ciudadanos descacharran, tiran los recipientes pero ¿a dónde van a parar? Si no se eliminan o se entierran solo se traslada el problema. Por eso el descacharrado debe plantearse como una medida planificada basada en la participación comunitaria y estatal” asegura Díaz.
Otra vía de transmisión que se ha observado es la sexual. “Si bien están confirmados en dos casos en Polinesia y uno en Estados Unidos no es la vía principal de transmisión. La transmisión vectorial a través de la picadura del mosquito Aedes sigue siendo la principal vía de transmisión y mantenimiento para este virus”, comenta el científico.
El investigador señala que además de combatir la cría del Aedes es importante prestar atención a algunas sugerencias. Organismos internacionales aconsejan a mujeres embarazadas -principalmente en los primeros tres meses, que es la época de mayor desarrollo del feto- no deben viajar a lugares con circulación autóctona de Zika. También es importante que aquellas personas que visitaron países que se saben que están en alerta, ante un cuadro febril aunque sea leve, concurran al médico.
domingo, 21 de febrero de 2016
Desarrollo de medicamentos basados en células madre

miércoles, 17 de febrero de 2016
Un buen desayuno puede ayudar a la gente obesa a realizar más actividad física
El entrenamiento con fuerza beneficia a pacientes con parkinson

lunes, 15 de febrero de 2016
Diseñan sensores luminosos para diagnosticar diabetes mellitus tipo 2
Una de las enfermedades con mayor incidencia a nivel mundial es la diabetes, la cual se estima que afecta a 383 millones de personas. México es uno de los países más vulnerables, ya que se calcula que entre 6'6 y 10 millones de personas la padecen, de acuerdo con datos de la Federación Internacional de Diabetes.
En ese contexto, el doctor en ciencias químicas, Alejandro Dorazco González, quien forma parte del Centro Conjunto de Investigación en Química Sustentable de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), trabaja en el desarrollo de sensores luminosos que podrían optimizar la detección de la diabetes mellitus tipo 2 en condiciones adversas.
“Nosotros diseñamos, estudiamos y buscamos aplicaciones para nuevas moléculas con dos propiedades básicas. Primero que tienen cualidades fotofísicas interesantes, color o son fluorescentes; y la segunda que tienen la capacidad de asociarse con moléculas de importancia biológica”, comentó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Añadió que entre esas moléculas se encuentran los nucleótidos, los aniones o moléculas más complejas como hemoglobina glucosilada, las cuales son indicadores químicos de síndromes metabólicos como la diabetes mellitus.
“Nosotros sintetizamos, con apoyo de alumnos de licenciatura y posgrado, las moléculas en el laboratorio y estudiamos su asociación con esas moléculas, y ya en la recta final tratamos de dar una aplicación que derive en nuevas tecnologías químicas que permitan detectar, capturar e identificar selectivamente las especies de importancia biológica, en este caso, la diabetes mellitus tipo 2”.
A decir del doctor Dorazco González, hasta el momento han logrado el desarrollo de sensores para nucleótidos, principalmente ATP (molécula central en la bioenergética de los sistemas biológicos); asimismo, en el desarrollo de sensores para cloruro o aniones orgánicos sencillos que tienen importancia biológica.
También, añadió, están en proceso de patente para la detección de hemoglobina glucosilada, para yoduro, que participa en el metabolismo de los seres vivos y tienen ya resultados preliminares para quimiosensores luminiscentes que detecten y capturen la hemoglobina (diabetes mellitus tipo 2).
“Esos son los resultados preliminares que tenemos (…) se trata de conocimiento que en un campo optimista permitirá hacer análisis, control, diagnóstico de enfermedades en forma muy sencilla y más barata en comparación con las que existen actualmente”.
Otra gran ventaja, agregó, radica en la posibilidad de llevar estas nuevas técnicas analíticas desarrolladas en México a lugares donde no hay grandes equipos ni grandes laboratorios para diagnosticar o controlar cierto tipo de enfermedades, entre ellas la diabetes tipo 2.
“Asimismo, dicho conocimiento nos permitirá en un futuro desarrollar kits de fácil uso para las personas no expertas en química (…) Eso deriva en un conocimiento incluyente para la sociedad porque tal vez personas que no son expertas en química podrían usar estas tecnologías en forma eficiente”, indicó el investigador.
Señaló también que sería tecnología muy similar a los kits que hay de importación con base en tecnología extranjera para detectar glucosa en la sangre, por ejemplo, así como esos equipos que trabajan en forma rápida y confiable, las moléculas que hacen actúan en forma similar.
En relación con el proceso que se sigue para sintetizar las moléculas, el doctor Dorazco González mencionó que "todas las moléculas tienen forma y tienen cargas, no son simplemente algunas pelotas o bolas, sino que todas tienen una forma determinada y una carga. Partiendo de ello, nosotros fijamos una meta en torno a qué moléculas de interés biológico queremos detectar o capturar, a partir de esto, diseñamos nuevas moléculas en el laboratorio a través de síntesis molecular o reacciones basadas en química inorgánica o química orgánica, las cuales pueden o no incluir metales y pueden o no contener varios grupos funcionales”.
Detalló que son los alumnos de licenciatura o de posgrado quienes sintetizan las moléculas en el laboratorio. “El primer paso es hacer las reacciones, después analizarlas para definir que realmente están puras y que funcionan; el siguiente paso consiste en estudiar su asociación por medios fotofísicos, por ejemplo absorbancia de UV visible o fluorescencia”.
Precisó que dichas moléculas tienen color o emiten luz de ciertas características y cuando son puestas ante la presencia de las moléculas de interés, cambian su color o su emisión de luz. “Eso nos permite cuantificar en forma confiable la cantidad del analito de interés o el indicador que nos interesa y su presencia también”.
Al definir las etapas del proyecto, el investigador, que también es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), explicó que las primeras etapas son de desarrollo científico básico o académico; que en la segunda fase se incluye el desarrollo de tecnologías químicas, principalmente aquellas que tengan aplicación en química clínica, química analítica, en el sector salud o incluso en la industria para detectar especies de suma importancia en alimentos.
Finalmente, al referir qué hace falta para avanzar a la etapa de desarrollo tecnológico, dijo que para escalar el conocimiento que desarrollan en aplicaciones tecnológicas son necesarios esquemas de colaboración con expertos en otras áreas, los cuales van desde patentes, protección de productos intelectuales, hasta expertos en desarrollos tecnológicos.
jueves, 11 de febrero de 2016
Revelan que el consumo combinado de cafeína y cocaína dispara la toxicidad testicular

miércoles, 10 de febrero de 2016
Paralizar bacterias puede bastar para impedir infecciones
Mediante la simple eliminación de una proteína presente en bacterias, una acción más fácil de lograr sin efectos secundarios que matarlas, se consigue sabotear su capacidad de desplazarse y esto a su vez impide que pongan en marcha una infección. Además, esta estrategia acarrea un menor riesgo de generar farmacorresistencia en las bacterias atacadas.
Este es el hallazgo que han hecho unos científicos y que podría proporcionar una nueva forma de prevenir infecciones bacterianas tanto en humanos como en plantas sin desencadenar resistencia a múltiples fármacos en bacterias.
Cuando las bacterias infectan ya sea a un vegetal o a un animal, tienen primero que moverse a través de la superficie hasta el lugar propicio para la infección. Sin esta migración, a las bacterias les resulta difícil introducirse o adentrarse lo suficiente en el anfitrión como para aposentarse con éxito y son menos capaces de causar una infección.
El equipo del Dr. Jacob Malone, del Centro John Innes en Norwich y la Universidad de Anglia Oriental, ambas instituciones en el Reino Unido, quería saber por qué hay unos niveles elevados de una proteína en particular en bacterias cuando estas entran en contacto con plantas. Tras investigar más a esta proteína, Malone y sus colaboradores descubrieron que es un importante sistema de control del movimiento bacteriano durante las infecciones sufridas por vegetales y por animales como el Ser Humano. Esta proteína podría convertirse en una nueva diana contra la que desarrollar fármacos antiinfecciones, y dado que un ataque a dicha proteína no acarrea su muerte inmediata, ello reduce también la probabilidad de que evolucionen para desarrollar resistencia a fármacos dirigidos contra dicha proteína.
El Dr. Malone y sus colegas estudiaron un tipo de bacterias llamadas Pseudomonas, de las que existen docenas de especies diferentes, incluyendo la patógena P. aeruginosa, que causa alrededor del 7 por ciento de las infecciones adquiridas en hospitales en el Reino Unido y otros países, y que es una causa principal de mortalidad en los pacientes de fibrosis quística. Conocer a fondo a estas bacterias es médicamente muy importante.
Los autores del estudio han encontrado que la capacidad de las Pseudomonas de causar una infección se ve comprometida en una etapa temprana cuando se elimina la citada proteína de la bacteria.
Esta proteína clave se llama RimK, y está presente en cientos de especies de bacterias, incluyendo varias que provocan enfermedades severas en humanos, pero su función biológica era en buena parte desconocida, hasta ahora.
El equipo del Dr. Malone descubrió una función completamente nueva para la RimK. Cuando la eliminaron de las bacterias, estas no podían moverse de forma apropiada, lo que a su vez afectó a su capacidad de iniciar infecciones. Cuando los científicos examinaron el efecto de la supresión de la RimK en plantas, encontraron que fumigar una de ellas con bacterias sin la proteína resultó en síntomas de enfermedad más suaves, en comparación con cuando se las fumigaba con bacterias de tipo normal. Sin embargo, si se obviaban las etapas iniciales de la infección, por ejemplo, inyectando o forzando la introducción de las bacterias en el tejido de la planta, las bacterias mutantes sin RimK sí eran capaces de infectar de forma normal. Esto sugiere que la RimK solo es importante durante las etapas iniciales de la infección, cuando las bacterias necesitan desplazarse a los puntos adecuados. Se vieron resultados similares para Pseudomonas patogénicas, tanto en plantas como en humanos, lo que sugiere un mecanismo común para la actividad de la proteína en ambos tipos de bacterias.
El nuevo estudio indica que RimK funciona controlando la forma en que muchas otras proteínas son producidas dentro de las bacterias. Las investigaciones sugieren que cuando una bacteria siente que se halla en un nuevo lugar para crecer, como en una hoja vegetal o en una célula humana, se adapta a ese entorno cambiando la producción de cientos de proteínas. La RimK controla este cambio, asegurando que las bacterias puedan moverse y prosperar en su nuevo entorno. Cuando las bacterias son modificadas en el laboratorio de manera que no contengan la proteína RimK, este proceso no funciona adecuadamente y las bacterias se desincronizan con respecto a los cambios en su entorno, lo que significa que no migrarán cuando deberían.
Fuente: Noticias de la Ciencia
lunes, 8 de febrero de 2016
Los vegetales comenzaron a vivir en tierra firme mucho antes de lo creído
Los biólogos especializados en plantas están de acuerdo en que fueron las algas verdes las que dieron inicio a la vida vegetal en tierra firme. En algún momento de la historia de nuestro planeta, el antepasado común de vegetales como los árboles, los helechos y las plantas con flores desarrolló un ciclo de vida alternativo, permitiendo supuestamente que sus descendientes flotaran hacia tierra firme y conquistaran tierras de todas partes del mundo. Pero en un estudio reciente, unos científicos han llegado a la conclusión de que algunas algas verdes ya tenían presencia en tierra firme desde cientos de millones de años antes de esta adaptación, y que el resto de las plantas de tierra firme se desarrollaron en realidad a partir de algas terrestres, y no acuáticas.
Los botánicos han tenido muy en cuenta esta posibilidad desde 1980, pero los partidarios de la teoría han venido careciendo de pruebas. Ahora, Jesper Harholt del Laboratorio Carlsberg, así como Øjvind Moestrup y Peter Ulvskov, de la Universidad de Copenhague, ambas entidades en Dinamarca, presentan evidencias genéticas y morfológicas que corroboran la teoría. En particular, ciertos rasgos que utilizan las plantas terrestres para sobrevivir en tierra hoy en día se encuentran bien conservados en algunas especies de algas verdes.
La colaboración entre Harholt y Ulvskov se inició mientras estaban estudiando la evolución de la pared celular vegetal, considerada desde hace tiempo como una adaptación clave para el estilo de vida terrestre, ya que proporciona el soporte corporal necesario para que las plantas terrestres crezcan bajo la influencia de la gravedad y sin el efecto amortiguador del medio subacuático.
Se dieron cuenta de que las algas tienen una pared celular cuya complejidad es similar a la de las plantas terrestres, lo cual les pareció curioso dado que las algas primitivas crecían supuestamente en el agua. A partir de aquí, los autores del estudio empezaron a buscar otros rasgos que apoyaran la idea de que las algas estuvieron en realidad en tierra desde mucho antes de originarse las demás plantas terrestres.
También exploraron estructuras (o más bien, la pérdida de ellas) que son difíciles de explicar si las algas vivieron solo en el agua durante el tiempo asumido anterior a la aparición de otros vegetales de tierra firme. Por ejemplo, algunas algas verdes perdieron sus flagelos, orgánulos con aspecto de látigos que ayudan a los organismos unicelulares a moverse por el agua. Todas las algas que son parientes próximos de las plantas terrestres ya no tienen un punto sensible a la luz, que utilizarían para nadar hacia ella.
Los rasgos de la pared celular, combinados con el genoma del alga verde terrestre Klebsormidium, secuenciado un par de años atrás, revelaron que estas algas verdes comparten una serie de genes con las plantas terrestres relacionados con la tolerancia a la luz y a la sequía. Con las pruebas genéticas en la mano, ahora sabemos que dichos rasgos han surgido de forma lineal, en vez de por evolución convergente.
Si la teoría se confirma, empezaría dar un vuelco a lo que se ha citado en los libros de texto durante más de un siglo. La idea de que las plantas saltaron del agua a la tierra del modo tradicionalmente descrito se debe al botánico Frederick Orpen Bower, aunque no está claro hasta qué punto defendía esa idea.
Fuente: Noticias de la Ciencia
sábado, 6 de febrero de 2016
Un estudio muestra cómo escapa el virus del herpes del núcleo celular
El mecanismo que utiliza el virus del herpes (VHS-1) para escapar del núcleo de la célula huésped luego de replicarse aparece descrito en dos artículos publicados en la revista Cell.
Su estrategia consiste en secretar dos proteínas –la pUL31 y la pUL34– que interactúan formando una vesícula. Ese complejo proteico recubre al virus y lo transporta hacia fuera del núcleo, permitiendo así que éste infecte a una nueva célula y que la enfermedad progrese.
“El conocimiento de este mecanismo abre una puerta hacia nuevos estudios orientados a descubrir se existen otros tipos de virus y otras moléculas que son transportados fuera del núcleo de la misma manera. Asimismo, permite pensar en compuestos capaces de inhibir la síntesis de esas proteínas y, de este modo, impedir el escape viral y el avance de la infección”, afirmó la brasileña Juliana Cheleski Wiggers, integrante del equipo internacional de investigadores encabezado por Kay Grünewald, en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.
Con el apoyo de la FAPESP, Cheleski Wiggers realizaba su posdoctorado en el Instituto de Física de São Carlos de la Universidad de São Paulo (IFSC-USP) cuando, en 2014, tuvo la oportunidad de realizar una pasantía en el laboratorio de Grünewald durante un año.
En el Reino Unido aprendió un conjunto de técnicas de microscopía electrónica, tomografía y fluorescencia que el grupo utilizó para develar el mecanismo de fuga del virus del herpes.
Al igual que todos los demás virus, el VHS-1 es un parásito celular. Para reproducirse necesita infectar a la célula blanco, e introducir su material genético en el interior de ésta.
El virus pasa entonces a controlar el metabolismo celular, inactivando la mayor parte de los genes y valiéndose de sustancias existentes en el medio intracelular para multiplicar su propio material genético y fabricar cápsidos, una especie de capa de proteínas que recubre a los ácidos nucleicos de los nuevos virus que se generan.
Una vez concluido el proceso de reproducción, el patógeno original y sus copias deben salir del núcleo para buscar nuevas células.
“Este proceso de salida resulta crucial para el avance de la infección, por eso decimos que es el estadio más infectivo del ciclo de vida viral. Muchos virus logran escapar por los poros nucleares, cosa que es imposible para el VHS-1, debido a que es muy grande”, dijo Cheleski Wiggers.
Mientras que los poros nucleares tienen entre 39 y 40 nanómetros, comentó la investigadora, el VHS-1 tiene alrededor de 120 nanómetros. Un nanómetro corresponde a una milmillonésima parte de un metro.
En el artículo publicado en noviembre en Cell, el grupo de Grünewald describe paso a paso el proceso de formación del complejo proteico que ayuda al VHS-1 a escapar del núcleo celular, conocido como NEC (nuclear egress complex).
En tanto, en el artículo de diciembre, los investigadores describen la estructura cristalográfica del complejo formado por las proteínas, el conocimiento fundamental para poder pensar en el desarrollo de inhibidores.
“La estructura de esas dos proteínas es muy poco común y no se encuadra en las clasificaciones existentes”, afirmó Cheleski Wiggers.
En general el virus VHS-1 está más bien asociado a casos de herpes labial, en tanto que VSH-2 lo está al herpes genital. En ambos casos, la infección suele ser recurrente, es decir, va y vuelve espontáneamente. Sucede que el virus se esconde dentro de células del sistema nervioso, lo cual dificulta su eliminación a cargo del sistema inmunológico.
Las recidivas, normalmente, ocurren en períodos de baja inmunidad, la cual puede verse favorecida por factores tales como la exposición solar intensa, el estrés emocional, la menstruación y diversos traumas.
Uno de cada cinco adultos es portador del VSH-2, y más de la mitad de la población tiene el VHS-1. Así y todo, muchos portadores no tienen síntomas.
(Fuente: AGENCIA FAPESP/DICYT)
miércoles, 3 de febrero de 2016
Nanotecnología para impedir sin riesgos el parto prematuro
El nacimiento prematuro (un nacimiento antes de las 37 semanas de embarazo) es la principal causa de muerte de bebés en países como Estados Unidos. Solo en esta nación nacen cada año de modo prematuro unos 380.000 bebés, y aquellos que sobreviven se enfrentan a menudo con un mayor riesgo de padecer una vida llena de problemas de salud, como por ejemplo de respiración, parálisis cerebral, y discapacidades varias. Incluso los niños nacidos apenas unas semanas antes de tiempo tienen tasas de hospitalización y enfermedad más altas que los que nacieron en las fechas normales.
Las nanopartículas son una tecnología de vanguardia que está siendo estudiada para innumerables aplicaciones, entre ellas el suministro selectivo de fármacos a células específicas del interior del cuerpo para tratar diversas afecciones, como el cáncer, enfermedades cardiacas e infecciones bacterianas, evitando así la toxicidad y los efectos secundarios de esas medicaciones y haciéndolas más efectivas. Las nanopartículas miden de 100 a 200 nanómetros de diámetro (un nanómetro es una milmillonésima de metro, de tal manera que un nanómetro es a una pelota de tenis lo que esta es para la Tierra).
Usando nanopartículas para modificar un fármaco especial, un equipo de investigadores ha demostrado en ratones una nueva forma de impedir el nacimiento prematuro pero evitando los riesgos de la medicación en el feto.
El equipo de la Dra. Jerrie S. Refuerzo, de la Escuela Médica de la Universidad de Texas en Houston, Estados Unidos, se sentía frustrado por las limitaciones de los actuales medicamentos tocolíticos (que inhiben las contracciones uterinas para así posponer el parto) a la hora de tratar mujeres que experimentan parto prematuro. Estos fármacos pueden cruzar la barrera placentaria y ocasionar un defecto cardiaco u otros problemas en el feto.
La Dra. Refuerzo y sus colegas biomodificaron una nanopartícula microscópica innovadora dirigida a alcanzar al útero gestante pero no cruzar la placenta hasta el feto. El recubrimiento con un antagonista de receptores de oxitocina muy específico permite obtener una buena adhesión al tejido uterino.
Fuente: Noticias de la ciencia
lunes, 1 de febrero de 2016
Una nueva estrategia para mejorar los tejidos humanos elaborados artificialmente
La ingeniería de tejidos es una ciencia multidisciplinar que combina medicina, biología, ciencia de materiales y nanotecnología, con el objetivo de sustituir tejidos u órganos dañados por otros elaborados a medida. Para ello, utiliza células del paciente y nanoandamios donde se desarrolla el nuevo tejido artificial. Uno de los mayores desafíos para los científicos es el transporte eficiente de oxígeno y alimento, necesario para el correcto funcionamiento de las células, a través del ‘andamio’.
Una investigación de la UPV/EHU (España) y la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha ideado una estrategia para resolver este problema en los materiales utilizados como andamios en ingeniería de tejidos. El artículo se ha publicado en la revista Journal of Materials Chemistry de la Royal Society británica y ha sido elegido por los editores de la revista como uno de los más relevantes de 2015.
Para elaborar los ‘andamios’, el grupo de investigación de la UPV/EHU ha utilizado un biopolímero natural llamado chitosán. “Los ‘andamios’ se colocan donde haya que reemplazar el tejido dañado. Por ejemplo, si el paciente pierde un trozo de hueso, se rellena el hueco dejado por ese fragmento con un andamio que imita las propiedades del hueso. En esos andamios las células crecen de manera natural, a veces ayudadas por factores de crecimiento. Pero hay varias trabas, pues son muchas las células presentes en nuestros tejidos: tenemos más células en nuestro cuerpo que estrellas hay en nuestra galaxia: por cada gramo de tejido, aproximadamente 1.000 millones de células. Así mismo, otra de las dificultades más importantes que se le presenta a la ingeniería de tejidos es, que todas ellas necesitan respirar y alimentarse. De no ser así, las células se mueren y el nuevo tejido no es formado”, explica Eneko Axpe, investigador de la UPV/EHU y autor del artículo Sub-nanoscale free volume and local elastic modulus of chitosan–carbon nanotube biomimetic nanocomposite scaffold-materials, publicado en Journal of Materials Chemistry.
La principal novedad del estudio es que propone una nueva estrategia para mejorar el transporte de oxígeno y nutrientes a través del ‘andamio’, gracias a la modificación del volumen libre: “El volumen libre son los pequeños espacios vacíos que se encuentran entre las moléculas. Para que se entienda: cuando viajas en un tren y hay poca gente dentro, entras y te mueves con facilidad. En cambio, a hora punta y con el vagón lleno, es difícil entrar y moverse fácilmente. A nivel molecular, sucede lo mismo. Cuanto mayor sea el volumen libre, mejor movilidad van a tener las moléculas, por ejemplo, el oxígeno y el azúcar. Nuestra estrategia es clara: si aumentamos el volumen libre del material (el biopolímero de chitosán), aumentaremos su difusividad y esto hará que las células reciban el oxígeno y los nutrientes necesarios. Para modificar el tamaño de volumen libre en el ‘andamio’, hemos añadido diferentes nanotubos de carbono a la matriz de chitosán, logrando alterar el volumen libre a nuestro antojo".
La importante revista Journal of Materials Chemistry, de la Royal Society, ha seleccionado la publicación, fruto de la colaboración entre el grupo de nanomedicina de la Universidad de Oxford, dirigido por Sonia Contera, y el grupo MIMASPEC de la UPV/EHU entre los "hot papers" del 2015 —los artículos seleccionados por los especialistas de la revista como documentos relevantes y de alta calidad —. Esta publicación, así mismo, forma parte de la reciente tesis doctoral internacional calificada Cum Laude, de Eneko Axpe, investigador de la UPV/EHU e investigador visitante de la Universidad de Oxford.
Eneko Axpe, físico de profesión, destaca el “importantísimo papel” que jugarán sus colegas en la biología del siglo XXI: “Hasta hace bastante poco la mayoría de los físicos se limitaban a crear técnicas como el PET, resonancias magnéticas, radioterapias, etc. en la biomedicina. Pero ahora el rol ha empezado a cambiar, estamos empezando a descubrir las propiedades físicas y mecánicas de las células. Las células ‘sienten’ las propiedades del material donde están creciendo a escala muy pequeña, a escala nanométrica. Por ejemplo, si cambias propiedades como la elasticidad a escala nanométrica del material, o el volumen libre que éste tenga, cambiarás las propiedades de las células. Un ejemplo muy claro: si el material en el que crecen las células madre es parecido al cartílago, éstas podrán formar una oreja. Pero si las propiedades del material son idénticas a las del hueso, las células madre formarán un hueso”.
A pesar de encontrarnos, en este caso concreto, en fase de investigación, la creación de tejidos y órganos no se encuentra en situación embrionaria, precisamente. “En el mayor congreso de ingeniería de tejidos, celebrado recientemente en Boston, hubo investigadores que presentaron pacientes que ya vivían desde hace años con órganos (como una vejiga, o piel…) creados artificialmente a partir de la ingeniería de tejidos. Hay mucho por hacer, pero ya es una realidad”, aclara Axpe.
(Fuente: UPV/EHU)